Alberto Pradilla es corresponsal en Madrid del conocido diario que publica la mayoría de los comunicados de la conocida organización terrorista y nacionalista vasca.
Hoy Pradilla responde así en Twitter a un comentario mío sobre Joseba Asiron, el futuro alcalde de Pamplona. Y como su respuesta requiere una réplica mía mucho más extensa que los 140 caracteres de Twitter, la realizo en esta entrada de mi blog.
Comienza Pradilla dirigiéndose a mi como 'troll desconocido' lo cual indica, ya de entrada, una clara inclinación a calificar subjetivamente y a omitir hechos fácilmente constatables.
En efecto, el término 'troll' se utiliza en el ámbito de internet y, especialmente, en las redes sociales, para calificar a una persona que, a menudo desde el anonimato, publica mensajes provocadores, irrelevantes o fuera de tema en una comunidad en línea, como un foro de discusión, sala de chat o blog, con la principal intención de molestar o provocar una respuesta emocional en los usuarios y lectores, con fines diversos y de diversión
o, de otra manera, alterar la conversación normal en un tema de
discusión, logrando que los mismos usuarios se enfaden y se enfrenten
entre sí. El troll
puede crear mensajes con diferente tipo de contenido como groserías,
ofensas, mentiras difíciles de detectar, con la intención de confundir y
ocasionar sentimientos encontrados en los demás.
Sin embargo, el calificativo 'troll' es altamente subjetivo. Ciertos lectores pueden
clasificar un mensaje como propio de un troll mientras que otros verán el mismo mensaje
como una contribución legítima a la discusión, aunque sea controvertida.
El término se usa frecuentemente para desacreditar una posición
contraria o a su proponente mediante el argumento ad hominem. Igualmente, decir que alguien es un troll significa hacer suposiciones sobre sus motivos, que pueden ser incorrectas.
Invito a Pradilla a mirar mi TL y a preguntar a mis 800 seguidores en Twitter, para los que no soy ningún desconocido, si ven mis mensajes como propios de un troll o, por el contrario, los perciben como contribuciones legítimas a la discusión, pese a que en algunos casos puedan llegar a ser mensajes controvertidos.
En cualquier caso, de la misma forma que el análisis de Pradilla sobre mí es subjetivo y omite hechos fácilmente constatables, su análisis de la situación política de Pamplona tras las elecciones municipales (el asunto central de nuestra discusión hoy en Twitter) tiene las mismas características: falta de objetividad y de rigor.
En cualquier caso, de la misma forma que el análisis de Pradilla sobre mí es subjetivo y omite hechos fácilmente constatables, su análisis de la situación política de Pamplona tras las elecciones municipales (el asunto central de nuestra discusión hoy en Twitter) tiene las mismas características: falta de objetividad y de rigor.
Para encontrar las razones de 'esas ausencias' en el análisis político del periodista de Gara tenemos que remontarnos tres años atrás cuando Segi, la organización juvenil ilegalizada por servir a ETA de cantera, anunció al diario Gara su disolución.
Pocos días después de ese anuncio Pradilla publicó en Gara un artículo titulado Para toda la vida que comienza así:
"Una de mis primeras referencias políticas me dijo algo que me ha acompañado, y seguirá haciéndolo, durante toda mi vida. El paso por la organización juvenil de la izquierda abertzale no se olvida nunca. Toda tu vida tendrás presente este aprendizaje."
Por tanto, un periodista como Pradilla que reconoce esa cercanía 'para toda la vida' con la 'izquierda abertzale' y, por tanto, con 'su puño de hierro', es incapaz de analizar con objetividad y rigor el cambio de posición del futuro alcalde de Pamplona en la condena de la historia de ETA, esa banda de asesinos con objetivos políticos.