Peter Fechter podría seguir siendo hoy un hombre libre en Berlín. Pero a los 18 años le arrebataron lo que era y lo que pudo llegar a ser.
17 años después de los juicios de Nüremberg que pusieron fin a la pesadilla nazi, Alemania estaba partida en dos. "El muro de protección antifascista" dividía también a su capital. Aquel verano de 1962 Peter había cursado la solicitud para cruzar a Berlín oeste y visitar allí a su hermana Liselotte, pero le fue denegada. No se resignó y, con su amigo Helmut Kulbeik, planeó saltar el muro.
El 17 de agosto se escondieron en un viejo taller para, desde allí, observar el movimiento de los guardias y aprovechar el momento oportuno para salir corriendo e intentar escalarlo. Lo intentaron. Los guardias fronterizos del este tenían orden de disparar. Abrieron fuego.
Kulbeik lo consiguió pero Fechter fue alcanzado. Se dejó deslizar muro abajo. Quiso arrastrarse de vuelta, pero le faltaban las fuerzas. El estruendo de los disparos en pleno centro de la ciudad había llamado la atención de cientos de curiosos a uno y otro lado del muro. Trataban de encontrar sentido a lo que presenciaban: un joven gritaba pidiendo ayuda, sangraba abundantemente, no podía moverse y nadie acudía...
Una interminable hora después llegó el permiso a la torre de control y tres guardias se adentraron en la "zona de la muerte", la franja desocupada que separaba los lados este y oeste del muro, para levantar el cuerpo, ya prácticamente sin vida, y alzarlo en brazos por encima de la alambrada, de vuelta a la República Democrática Alemana.
En ese momento el estruendo en Berlín eran los gritos de los presentes: "¡Asesinos! ¡Asesinos! ¡Asesinos!"
"Simples crímenes y atrocidades no constituyen el punto más grave de los cargos formulados. Lo grave es el hecho de haber tomado parte conscientemente en un sistema de tremenda crueldad e injusticia impuesto por el gobierno, con absoluto desprecio de todos los principios morales y legales reconocidos en las naciones civilizadas."
De escena de la película "¿Vencedores o vencidos?" en la que el juez Haywood, interpretado por Spencer Tracy, pronuncia la sentencia de los juicios de Nüremberg a cuatro jueces del régimen nazi.
Siete años después de la reunificación de Alemania se celebró un juicio para dilucidar quién dio la orden de disparar a Fechter y quién la cumplió. Pero lo más grave no fue saber que la muerte de Peter se pudo haber evitado sino evidenciar, pocos años después de conocer las consecuencias del nazismo, que el comunismo es otro "sistema de tremenda crueldad e injusticia impuesto por el gobierno".
57 años después del asesinato de Peter Fechter lo más grave en España es que en el gobierno un vicepresidente sostiene que la caída del muro de Berlín fue un error.
Sí, lo más grave es que Pablo Iglesias no te quiere libre.
P.D.: ¿Sabía usted que la canción "Libre" está inspirada en Peter Fechter?