Ayer escribí sobre el cáncer, la enfermedad que acabó con la vida de mi madre. Hoy escribo sobre el Alzheimer, la que terminó con la de mi padre. La razón principal que me ha empujado a escribir hoy tampoco ha sido la enfermedad.
Todo ha empezado esta mañana escuchando a Paco Linares sobre Eduardo Punset en el programa de Don Luis del Pino referirse a la muerte (D.E.P.), el pasado miércoles 22, del célebre político y divulgador científico catalán "tras una larga enfermedad", según el comunicado de su familia en Twitter. Linares se ha referido a 'Las caras más desconocidas de Eduard Punset' de Miguel G. Corral, periodista científico, el artículo publicado en El Mundo el día de la muerte de Punset, del que me ha llamado poderosamente la atención este párrafo final:
"En los últimos tiempos, con el Alzheimer avanzando a gran velocidad en su cerebro, se reveló como firme defensor del procés. Pero desde su ámbito familiar más cercano aseguran a este diario que nunca tuvo esas inclinaciones y que, coincidiendo con los primeros estadíos de su enfermedad neurodegenerativa, fue manipulado para apoyar unas tesis que jamás había abrazado."
Punset era un personaje muy especial en el mejor sentido de la expresión. Jurista, escritor, economista, político y divulgador científico. Se licenció en Derecho en la Universidad Complutense de Madrid. Militó en el Partido Comunista de España. Se exilió en 1958. En la Universidad de Londres obtuvo el postgrado en Ciencias Económicas. En la École Pratique des Hautes Études de París se diplomó. Ejerció como redactor económico de la BBC. Fue director económico de la edición para América Latina del semanario The Economist (1967-1969). Y ejerció de economista del Fondo Monetario Internacional en los Estados Unidos y en Haití (1969-1973).
Volvió a España tras la muerte de Franco y participó activamente en política durante la Transición con cargos en la Generalidad de Cataluña y el Gobierno de España. En 1980 fue ministro con Unión de Centro Democrático en el gobierno presidido por Adolfo Suárez. En 1987 y 1989 fue elegido eurodiputado en el Parlamento Europeo como integrante de las listas de Centro Democrático y Social. Tras abandonar la UCD, se presentó como independiente en la candidatura de Convergència i Unió a las elecciones generales de 1982, obteniendo un escaño, que abandonó un año después, en diciembre de 1983.
Tras finalizar su actividad política desarrolló una carrera como escritor y divulgador científico: entre 1996 y julio de 2013 dirigió y presentó el programa de televisión Redes en La 2, donde abordaba temas relacionados con la sociología, la medicina, la psicología, la biología y la astronomía.
En 2006, el tercer año de la primera legislatura de Zapatero, durante una entrevista en 'Escala Catalunya', contestando a la pregunta de si le parecía que los ánimos estaban más crispados que en aquellos primeros momentos en los que fue ministro cuando la ilusión de Europa y de una España en democracia y avanzando era algo compartido, Punset comenzó a hablar de bacterias para, al final de la respuesta, afirmar lo siguiente:
"A veces es cierto que olvidamos que no hay un sólo cambio importante que no se consiga por consenso. (...)
A veces en España, tal vez por el recuerdo de la Guerra civil y de los enfrentamientos, tendemos a olvidar que hasta las bacterias funcionan por consenso o no funcionan."
En 2011, mientras comenzaba el 'procés cap a l'estat propi', es decir, en pleno 'giro separatista' de la política que hasta entonces había realizado su partido, Artur Mas, el presidente de la Generalidad de Cataluña, le entregó la Cruz de San Jordi "per la seva trajectòria i especialment per haver estat un dels primers diputats catalans al Parlament Europeu. Fou conseller d’Economia i Finances de la Generalitat provisional i ministre per a les relacions amb la CEE. La seva tasca de divulgació es caracteritza per la connexió amb els corrents intel·lectuals més avançats i la voluntat de reflexió sobre la realitat contemporània."
Y en el discurso de agradecimiento, después de hacer el sonido de las perdices que añoró los 20 años que estuvo fuera de Cataluña para referirse a los inconvenientes de su exilio, Punset afirmó lo siguiente:
"Pero también había grandes ventajas en este exilio, en parte voluntario, de 20 años fuera de Cataluña. Aprendí una cosa que es la única cosa que intentaré pasarle a mis nietas. Aprendí que cuando un pueblo con una identidad muy fuerte se encierra en sí mismo y se niega a recibir las influencias de otras culturas, se va asfixiando, cada vez fabrica menos neuronas y acaba muriéndose en las manos de otro".
En enero de 2014 Punset concedió una entrevista a El Mundo en la que, en respuesta a la pregunta de si en pleno éxito deja 'Redes', respondió lo siguiente:
Volvió a España tras la muerte de Franco y participó activamente en política durante la Transición con cargos en la Generalidad de Cataluña y el Gobierno de España. En 1980 fue ministro con Unión de Centro Democrático en el gobierno presidido por Adolfo Suárez. En 1987 y 1989 fue elegido eurodiputado en el Parlamento Europeo como integrante de las listas de Centro Democrático y Social. Tras abandonar la UCD, se presentó como independiente en la candidatura de Convergència i Unió a las elecciones generales de 1982, obteniendo un escaño, que abandonó un año después, en diciembre de 1983.
Tras finalizar su actividad política desarrolló una carrera como escritor y divulgador científico: entre 1996 y julio de 2013 dirigió y presentó el programa de televisión Redes en La 2, donde abordaba temas relacionados con la sociología, la medicina, la psicología, la biología y la astronomía.
En 2006, el tercer año de la primera legislatura de Zapatero, durante una entrevista en 'Escala Catalunya', contestando a la pregunta de si le parecía que los ánimos estaban más crispados que en aquellos primeros momentos en los que fue ministro cuando la ilusión de Europa y de una España en democracia y avanzando era algo compartido, Punset comenzó a hablar de bacterias para, al final de la respuesta, afirmar lo siguiente:
"A veces es cierto que olvidamos que no hay un sólo cambio importante que no se consiga por consenso. (...)
A veces en España, tal vez por el recuerdo de la Guerra civil y de los enfrentamientos, tendemos a olvidar que hasta las bacterias funcionan por consenso o no funcionan."
En 2011, mientras comenzaba el 'procés cap a l'estat propi', es decir, en pleno 'giro separatista' de la política que hasta entonces había realizado su partido, Artur Mas, el presidente de la Generalidad de Cataluña, le entregó la Cruz de San Jordi "per la seva trajectòria i especialment per haver estat un dels primers diputats catalans al Parlament Europeu. Fou conseller d’Economia i Finances de la Generalitat provisional i ministre per a les relacions amb la CEE. La seva tasca de divulgació es caracteritza per la connexió amb els corrents intel·lectuals més avançats i la voluntat de reflexió sobre la realitat contemporània."
Y en el discurso de agradecimiento, después de hacer el sonido de las perdices que añoró los 20 años que estuvo fuera de Cataluña para referirse a los inconvenientes de su exilio, Punset afirmó lo siguiente:
"Pero también había grandes ventajas en este exilio, en parte voluntario, de 20 años fuera de Cataluña. Aprendí una cosa que es la única cosa que intentaré pasarle a mis nietas. Aprendí que cuando un pueblo con una identidad muy fuerte se encierra en sí mismo y se niega a recibir las influencias de otras culturas, se va asfixiando, cada vez fabrica menos neuronas y acaba muriéndose en las manos de otro".
En enero de 2014 Punset concedió una entrevista a El Mundo en la que, en respuesta a la pregunta de si en pleno éxito deja 'Redes', respondió lo siguiente:
"Sí, sí. Oye, son 18 años de vigencia de un programa de televisión, y yo además tengo siete siete, o sea 77 años (nos reímos: jejeje...). Considero que es suficiente y que ahora debiera dedicarme a otras cosas, que también tienen que ver con este despertar científico pero que son más fáciles de trabajar, menos complejas. Y me refiero al Apol, apoyo psicológico on line: intentar responder a las preguntas de tantísima gente sobre qué les pasa por dentro. La soledad, el cansancio, las contrariedades mentales, representan el 21% de las preguntas que se hace la gente, según las estadísticas de expertos; o sea que estas inquietudes afectan a cuatro millones de personas sólo en España..."
Así mismo, el periodista no desaprovechó la ocasión y, dos semanas después de la convocatoria por Artur Mas del referéndum ilegal del 9N, le preguntó si no debiera zanjarse la polémica catalanista con una consulta popular vinculante, a lo que Punset le respondió:
"La consulta catalana no infringe ningún principio básico, no es malo que pregunten a la gente qué piensa sobre el futuro de España o de Cataluña. Pero creo que es demasiado pronto para saber qué es lo que conviene o para que yo te dé mi opinión personal, porque es un asunto muy poco discutido: nos falta mucha información."
"La consulta catalana no infringe ningún principio básico, no es malo que pregunten a la gente qué piensa sobre el futuro de España o de Cataluña. Pero creo que es demasiado pronto para saber qué es lo que conviene o para que yo te dé mi opinión personal, porque es un asunto muy poco discutido: nos falta mucha información."
En mayo de 2016 Punset recibió el Premio Periodístico Concha García Campoy por su trayectoria en los medios de comunicación durante más de 20 años. Un acto en el que coincidió con Cristina Sáez, una periodista de ciencia que obtuvo el premio en categoría de prensa escrita en reconocimiento a la calidad periodística y divulgativa del reportaje 'Una esperanza para el Alzhéimer' publicado en el Magazine de La Vanguardia. La propia Sáez, en 'Eduard Punset,el hombre que tenía una curiosidad contagiosa', un artículo publicado el pasado miércoles en La Vanguerdia, se refiere así a ese encuentro con Punset:
"La última vez que lo vi en persona fue en 2016, cuando coincidimos en la entrega de los Premios de Periodismo de Salud Concha García Campoy, en Madrid. Entonces, me miró sin verme, sonriente, con inocencia. Subió con torpeza al escenario, encogido. Costaba creer que aquel hombre curioso que nos había hecho preguntarnos por qué somos como somos, que nos había acompañado en viajes al interior de las partículas elementales, fuera aquel viejecito. Las ideas se le escapaban y apenas podía tejer el discurso. Nos explicó que una médico en el Reino Unido le había dicho que tenía Alzheimer. Aunque, al parecer, resultó más tarde que no era así. O tal vez sí. Hoy nos levantamos con la noticia de que Eduard Punset ha muerto a los 82 años a causa de un cáncer."
Creo necesario señalar lo poco rotunda que es Cristina Sáez en su comentario sobre del Alzheimer que padeció Punset y, por el contrario, la rotundidad con la que afirma que el cáncer fue la causa de su muerte. Y es que llama la atención dicha afirmación teniendo en cuenta que la familia en su comunicado habló de "una larga enfermedad" y que Miguel G. Corral afirmó en El Mundo lo siguiente:
"En 2007 se le detectó un cáncer de pulmón del que logró recuperarse. Pero, finalmente, fueron unos largos años de Alzheimer y no de cáncer los que han apagado la voz de la divulgación de la ciencia en España."
Conviene recordar al respecto que José Luis Molinuevo, uno de los mayores especialistas del mundo que dirige la unidad de Alzheimer y otros trastornos cognitivos en el hospital Clínic de Barcelona y es, además, director científico del Barcelona Beta Brain Research Center de la Fundación Pasqual Maragall, afirmó en el reportaje premiado de Sáez lo siguiente:
“Hemos descubierto que el Alzheimer es una enfermedad de larga duración. Entre 15 y 20 años antes de que se noten los primeros síntomas, ya se están produciendo alteraciones en el cerebro que desembocarán en la demencia. Y esto es importantísimo porque supone un cambio en cómo entendemos el Alzheimer y nos enfrentamos a él y nos permite diseñar programas de prevención.”
"La última vez que lo vi en persona fue en 2016, cuando coincidimos en la entrega de los Premios de Periodismo de Salud Concha García Campoy, en Madrid. Entonces, me miró sin verme, sonriente, con inocencia. Subió con torpeza al escenario, encogido. Costaba creer que aquel hombre curioso que nos había hecho preguntarnos por qué somos como somos, que nos había acompañado en viajes al interior de las partículas elementales, fuera aquel viejecito. Las ideas se le escapaban y apenas podía tejer el discurso. Nos explicó que una médico en el Reino Unido le había dicho que tenía Alzheimer. Aunque, al parecer, resultó más tarde que no era así. O tal vez sí. Hoy nos levantamos con la noticia de que Eduard Punset ha muerto a los 82 años a causa de un cáncer."
Creo necesario señalar lo poco rotunda que es Cristina Sáez en su comentario sobre del Alzheimer que padeció Punset y, por el contrario, la rotundidad con la que afirma que el cáncer fue la causa de su muerte. Y es que llama la atención dicha afirmación teniendo en cuenta que la familia en su comunicado habló de "una larga enfermedad" y que Miguel G. Corral afirmó en El Mundo lo siguiente:
"En 2007 se le detectó un cáncer de pulmón del que logró recuperarse. Pero, finalmente, fueron unos largos años de Alzheimer y no de cáncer los que han apagado la voz de la divulgación de la ciencia en España."
Conviene recordar al respecto que José Luis Molinuevo, uno de los mayores especialistas del mundo que dirige la unidad de Alzheimer y otros trastornos cognitivos en el hospital Clínic de Barcelona y es, además, director científico del Barcelona Beta Brain Research Center de la Fundación Pasqual Maragall, afirmó en el reportaje premiado de Sáez lo siguiente:
“Hemos descubierto que el Alzheimer es una enfermedad de larga duración. Entre 15 y 20 años antes de que se noten los primeros síntomas, ya se están produciendo alteraciones en el cerebro que desembocarán en la demencia. Y esto es importantísimo porque supone un cambio en cómo entendemos el Alzheimer y nos enfrentamos a él y nos permite diseñar programas de prevención.”
Agraeixo el compromís personal de l'Eduard Punset en uns moments com els actuals. pic.twitter.com/xaBxPxsF3z— Oriol Junqueras 🎗️ (@junqueras) August 31, 2017
Un mes antes del referéndum ilegal del 1 de octubre que concluyó con el golpe de estado en el que Puigdemont, Junqueras y el resto de políticos procesados por rebelión y otros graves delitos, modificaron ilegítimamente la aplicación de la Constitución, y un año después de aquel discurso en la entrega del premio Concha García Campoy que apenas pudo dar porque las ideas se le escapaban, Punset publicó una "Carta al president de la Generalitat" en la que afirmaba lo siguiente:
"En noviembre de 2016, hace casi un año, y con ochenta cumplidos, decidí que había llegado el momento de retirarme de la vida activa. Después de 35 años dedicado a la divulgación científica en España, hecho sin precedentes en la política televisiva española, decidí poner punto final a tan gratificante etapa.
¿Qué me había llevado a esta conclusión? En primer lugar, mi experiencia de siete años en la Universidad de Londres (...)
En segundo lugar, y relacionado con lo anterior, un país como España, tan acostumbrado a los San Fermines y a las procesiones del Santo Sepulcro, parecía poco dado a grandes y profundos cambios en educación y pensamiento. (...)
Por último, en aquel momento, existía una Primera Transición en la que era preciso reconocer y aceptar la ayuda de todos aquellos que habían optado por no seguir donde antes: el ejemplo de Adolfo Suárez y su papel con la dictadura y su pasado franquista es perfecto para comprender esta “transición” y cambio de paradigma; pero en su mayoría también es cierto que no acabaron de entender, y quizá tampoco de aceptar, una Segunda Transición, a la que se debían, como culminación de la Primera. Una Segunda Transición en vistas a trabajar de forma clara por la separación de poderes, la no injerencia entre poder Legislativo, Judicial y Ejecutivo y, al fin y al cabo, el invento de una nueva democracia española, con el objetivo puesto hacia un futuro mucho más abierto y no como un espejo permanente del pasado. (...)
Han tenido que transcurrir muchos años para que, ahora, como catalán, dé muestras de mi reconocimiento y gratitud al actual President de la Generalitat de Catalunya, Carles Puigdemont, así como el vicepresident, Oriol Junqueras, y a toda la junta de gobierno, por seguir remando en la misma dirección democrática. Es por esto que estoy completamente a favor de celebrar el referéndum del 1 de octubre, por el simple derecho democrático (el sustantivo es importante) que tenemos todos los ciudadanos de Catalunya a ejercer nuestro voto.
Pura y simplemente, no pueden impedir el mío ni el de nadie: quiero que me dejen votar."
Ante los hechos señalados anteriormente traslado las preguntas siguientes:
- ¿Eran síntomas del Alzheimer los que describe Sáez de Punset cuando "las ideas se le escapaban y apenas podía tejer el discurso"?
- ¿Es cierto, tal y como afirma Miguel G. Corral, que "coincidiendo con los primeros estadíos de su enfermedad neurodegenerativa, fue manipulado para apoyar unas tesis que jamás había abrazado"?
"La enfermedad del Alzheimer con su consiguiente demencia mental es realmente algo aterrador..."
Como dice Punset en la introducción de "El azote del Alzheimer", el programa emitido en 2011, la enfermedad es algo aterrador. Doy fe de ello.
No obstante, otra enfermedad más aterradora que el Alzheimer es la que me ha empujado a escribir esto. Se trata de una enfermedad que destruye la libertad y los derechos de todas las personas que forman una sociedad. Una enfermedad producida por el virus de la dominación total que se adueña de las personas hasta que creen que todo está permitido convencidos de que todo es posible. Sí, es la enfermedad de los comunistas en la Rusia de Stalin. La de los nazis en la Alemania de Hitler. El totalitarismo.
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