18 febrero 2021

Gina dice no




“Nobleza, dignidad, constancia y cierto risueño coraje. 
Todo lo que constituye la grandeza sigue siendo esencialmente lo mismo a través de los siglos.

Hannah Arendt 





"Los judíos fueron golpeados en las calles, no por los soldados nazis, sino por sus vecinos… incluso por niños. Debido a que la Historia se edita, la mayoría de la gente hoy en día no se da cuenta de que para llegar al punto en que los soldados nazis pudieran arrestar fácilmente a miles de judíos, el Gobierno primero hizo que sus propios vecinos los odiaran simplemente por ser judíos. ¿En qué se diferencia eso de odiar a alguien por sus opiniones políticas?" 


Después de que Gina Carano publicara este comprometido mensaje la semana pasada en su cuenta de Instagram y posteriormente lo eliminara tras una tremenda campaña de acoso en las redes sociales con hashtags como #FireGinaCarano ("Despedid a Gina Carano"), Lucasfilm la apartó de "The Mandalorian" y un portavoz de la compañía confirmó el despido afirmando que:

"Sus publicaciones en las redes sociales que denigran a las personas por sus identidades culturales y religiosas son aborrecibles e inaceptables"


















"La convicción de que todo lo que sucede en la Tierra debe ser comprensible para el hombre puede conducir a interpretar la Historia como una sucesión de lugares comunes. La comprensión no significa negar lo que resulta afrentoso, deducir de precedentes lo que no tiene tales o explicar los fenómenos por tales analogías y generalidades que ya no pueda sentirse el impacto de la realidad y el shock de la experiencia. Significa, más bien, examinar y soportar conscientemente la carga que nuestro siglo ha colocado sobre nosotros — y no negar su existencia ni someterse mansamente a su peso—. La comprensión, en suma, significa un atento e impremeditado enfrentamiento a la realidad, un soportamiento de ésta, sea como fuere. 

En este sentido es posible abordar y comprender el afrentoso hecho de que un fenómeno tan pequeño (y en el mundo de la política tan carente de importancia) como el de la cuestión judía y el antisemitismo llegara a convertirse en el agente catalítico del movimiento nazi en primer lugar, de una guerra mundial poco más tarde y, finalmente, de las fábricas de la muerte."  



Estas esclarecedoras palabras del prólogo de "Los orígenes del totalitarismo" escritas por Hannah Arendt en 1950 son perfectas para abordar un asunto que tenía pendiente desde hace tiempo y que está relacionado con la publicación de Gina Carano en Instagram sobre los judíos en la Alemania de Hitler. Una publicación incluida en la imagen anterior como captura de pantalla. Una captura superpuesta a otra (esta no eliminada de su cuenta por Gina) con una cita de Africa Brooke. Dos capturas superpuestas al lado de una foto realizada el pasado agosto en Washington D.C. durante el acoso de unos manifestantes a una chica que se negó a levantar el puño.

Quienes utilizamos las redes sociales sabemos que todos cometemos errores. Poco a poco nos damos cuenta de que es mejor pensar tres veces antes de hacer algunos clics en "retwittear" o en "me gusta". Y aprendemos que si estamos molestos por algo, lo más inteligente es sopesar siete veces la causa y el efecto de tus palabras antes de publicarlas. Quince si lo que sentimos es indignación

Pero la regla que aprendemos más rápidamente es la de que publicar opiniones sobre determinados asuntos es más fácil si obedecemos a quienes dictan las leyes de lo políticamente correcto. Porque es evidente que todas las opiniones no son tratadas de igual forma. Mientras unas opiniones irrespetuosas son consideradas ejemplares, otras plenamente respetuosas con las personas y con sus identidades culturales y religiosas son juzgadas "incorrectas". A este último grupo pertenecen las publicadas por Gina Carano. Y esa es la razón por la que no merece la pena en absoluto rebatir la insostenible acusación de Lucasfilm. 

No obstante, está fuera de toda duda que el comentario que hizo Gina sobre los judíos en la Alemania nazi hace que esa publicación genere un dilema ético especialmente sensible para, al menos, algunos judíos, por mucho que dicha herramienta argumental sea ampliamente utilizada en las redes sociales. Sirva como ejemplo la acusación recibida de "utilizar el sufrimiento del pueblo judío" por este tuit








"Con la humanidad aún marcada por el genocidio, la limpieza étnica, el racismo, el antisemitismo y la xenofobia, la comunidad internacional comparte la solemne responsabilidad de combatir esos males. Juntos debemos sostener la terrible verdad del Holocausto contra aquellos que la niegan. Debemos fortalecer el compromiso moral de nuestros pueblos, así como el compromiso político de nuestros gobiernos, a fin de asegurar que las generaciones futuras puedan comprender las causas del Holocausto y reflexionar acerca de sus consecuencias."



Creo firmemente que la verdad nos hace libres. Así mismo, tengo el pleno convencimiento de que, como implícitamente se recogió el 28 de enero de 2000 en la Declaración de Estocolmo, el Holocausto debería ser tratado en las escuelas de todo el mundo haciendo un especial hincapié en el análisis de las causas que lo originaron. Pero lamentablemente no veo claridad de ideas acerca de las normas sobre las que deberíamos apoyarnos todos con el fin de sostener la terrible y necesaria verdad del Holocausto. 

Identificar el negacionismo y la banalización es fácil. No obstante, sólo el negacionismo es ilegal en Israel, Alemania, Austria, Francia, Bélgica, Holanda, Portugal, República Checa, Eslovaquia, Hungría, Rumania, Polonia y Rusia. 

La banalización por antisemitismo fascista o comunista, o incluso por ignorancia, está señalada por la Unión Europea que, además, establece que trivializar burdamente los crímenes de genocidio también debería ser castigado en los Estados miembros. 

El Parlamento europeo, en una resolución del 19 de septiembre de 2019, "recuerda que los regímenes nazi y comunista cometieron asesinatos en masa, genocidios y deportaciones y fueron los causantes de una pérdida de vidas humanas y de libertad en el siglo XX a una escala hasta entonces nunca vista en la historia de la humanidad; recuerda, asimismo, los atroces crímenes del Holocausto perpetrado por el régimen nazi; condena en los términos más enérgicos los actos de agresión, los crímenes contra la humanidad y las violaciones masivas de los derechos humanos perpetrados por los regímenes comunistas, nazi y otros regímenes totalitarios."

Sin embargo, pese a que luchar contra el negacionismo y la banalización es el mejor ejemplo de compromiso con la verdad para las generaciones futuras, no les ayuda especialmente a comprender las causas. Para ello es necesario, como se ha dicho, analizar adecuadamente los orígenes de la Shoá y, en consecuencia, es imprescindible utilizar correctamente las referencias históricas. Por tanto, hay que establecer criterios claros y estrictos que eviten su uso torticero o malicioso y que fomenten su utilización con respeto y buena fe

Por eso, la falta de dichos criterios complica todo a la hora de abordar la utilización política de referencias históricas del Holocausto. En algunos casos ese uso podría ser fácilmente considerado ilegítimo por torticero. Pero en otros debería ser objeto de discusión. Es el caso de este tuit publicado por una asociación de defensa de la Guardia civil motivado por la situación de acoso que viven los hijos de la Guardia civil en Cataluña. Un tuit cuestionado por este diario pese a que no recoge ninguna publicación de protesta de ningún judío. 

Otro ejemplo de la falta de criterios claros sobre este asunto es el cambio radical adoptado por Mark Zuckerberg respecto a su antigua política en Facebook de tolerancia total con el negacionismo y la banalización. Aunque no es santo de mi devoción, aplaudo su decisión porque da respuesta a la imperiosa necesidad de adoptar medidas adecuadas para corregir "el alarmante nivel de ignorancia sobre el Holocausto, especialmente entre los jóvenes".

Es por eso por lo que son tan necesarias y urgentes medidas adecuadas para que en las redes sociales se respete la libertad de expresión en general y, en concreto, la libre expresión de opiniones con referencias históricas sobre el Holocausto. Referencias históricas como los cruciales factores (ceguera, comodidad, egoísmo, cobardía...) que originaron la fatal inacción (dentro y fuera de Alemania) ante los nazis cuando ya se habían destapado (Hitler publicó "Mi lucha" en junio de 1025) pero aún no habían desatado el terror ("la Noche de los cristales rotos" ocurrió en noviembre de 1938). 

En conclusión, los legisladores, los jueces y los gobiernos deberían ponerse a trabajar para garantizar la libertad de expresión en las redes sociales y, en concreto, la libre expresión de opiniones sobre el Holocausto. Una libertad que, obviamente, debe ser compatible con la existencia de mecanismos de control en las propias redes para que esas opiniones se realicen con la mejor de las voluntades y desde el máximo respeto a la memoria de las víctimas de la Shoá y al terrible sufrimiento que padeció el pueblo judío.








August Landmesser no era judío pero fue víctima del totalitarismo. Trabajaba en los astilleros Blohm+Voss de Hamburgo cuando Hitler gobernaba en Alemania. Precisamente en 1938 lo detuvieron, lo condenaron y lo encarcelaron por "deshonra de la raza" debido a que estaba casado con Irma Eckler, una judía, y a que tenía con ella dos hijas, Ingrid e Irene, que también fueron separadas y encarceladas. Cuando August salió de la cárcel lo enviaron a la guerra y allí se le dio por desaparecido con lo que, tristemente, vivió una vida muy común en aquella terrible Alemania

Nada habría hecho que alguien como él pasara a la Historia si no llega a ser porque su hija Irene lo reconoció en una fotografía de un periódico de 1936. Una foto tomada en aquellos astilleros en la que, entre centenares de obreros que levantaban su brazo derecho para hacer el saludo nazi durante la botadura de un barco, destacaba la presencia de un hombre con los brazos cruzados. Ese hombre era August LandmesserLa fotografía se publicó en 1991 en el diario alemán Die Zeit y se convirtió en ejemplo de coraje individual, símbolo de libertad y referente para la objeción de conciencia frente al totalitarismo.

Lauren B. Victor, la chica acosada en la terraza de un restaurante el verano pasado en Whasington D.C., ha declarado ser partidaria de Black Lives Matter. Pero con su actitud ante el acoso de esos totalitarios ha enviado a millones de personas el mismo mensaje que hace 85 años envió August Landmasser.

Gina dijo no a los totalitarios de dentro y fuera de los despachos de las altas torres y empezó a enviar otro mensaje por la libertad y contra la tiranía totalitaria. Y en ese momento, en alguno de esos despachos, nació el verdadero motivo de su despido de Laurenfilms. 

Gina alzó la bandera de la libertad en las redes sociales, asumió el riesgo de sufrir las consecuencias y venció al miedo. 

Dios guarde a Gina Carano para que siga en pie, firme, enviando a millones de personas el mensaje de esperanza que inspira su risueño coraje, ese sólido asiento cubierto de terciopelo sobre el que se construye la libertad.