En España, nosotros, el pueblo, somos iguales que los políticos que elegimos (y de los que tanto nos quejamos).
Así que solo cuando cambiemos nosotros, cambiarán ellos. Todo depende de cada uno de nosotros, los ciudadanos.
Ejerzamos, pues, como tales y no como súbditos.
Respetémonos a nosotros mismos y hagámonos respetar.
Solo entonces nos respetarán (dentro y fuera de España).
Solo entonces seremos como realmente queremos ser.
Porque tal y como somos arriba, somos abajo (también en Catalunya).
Oyendo hoy al Fiscal General Torres Dulce en A3, no hay duda de que ni la Fiscalía ni el Gobierno van a mover fichq alguna ante la declaración de soberanía del próximo dia 23.
ResponderEliminarEs harto sabido que Rajoy deja pudrirse los temas, que jamás afronta los problemas desde el inicio, si no que deja que se pudran y maceren.
Esa táctica puede que de resultado en escaramuzas intestinas o en un pulso económico de cara a no pedir el rescate a la troika, como efectivamente ha sucedido.
Pero ante un órdago secesionista, la política del avestruz, esa actitud de tibieza que Thatcher calificó de preludio de desgracias y tragedias, no sólo no sirve si no que anuncia mayores problemas aún.