Somos muchos los ciudadanos españoles que vemos con inquietud cómo en nuestro entorno ha aumentado el desempleo y las dificultades económicas, han empeorado las condiciones de trabajo y ha crecido la incertidumbre, la intolerancia y el enfrentamiento entre familiares y amigos.
Somos cada vez más los preocupados por lo fácilmente que asimilamos noticias que no habríamos creído de habérnoslas contado hace algunos años.
Somos ya unos cuantos los que sabemos que la mayoría de esas noticias ocurren porque los presidentes del gobierno de España no hicieron lo que nos dijeron que iban a hacer. Especialmente los dos últimos.
Somos quienes nos molestamos en informamos bien, contrastando una misma información en diferentes medios, porque conocemos las consecuencias de ignorar o de olvidar realidades como estas:
- La hija del anterior Jefe del Estado y hermana del actual, expresidentes de Comunidades autónomas como Cataluña y Andalucía, exconsejeros de CCAA, exalcaldes de ciudades importantes y extesoreros de partidos políticos, TODOS imputados por corrupción.
- Gobiernos de CCAA que promueven golpes de estado contra el ordenamiento constitucional, que amenazan con realizarlos y que incumplen las leyes con total impunidad ante jueces nombrados por políticos.
- Gobiernos de España que negocian o asumen negociaciones políticas con una organización terrorista que ha asesinado a más de 850 personas para conseguir objetivos políticos.
- Gobiernos de España y jueces nombrados por políticos que legalizan partidos políticos que no condenan los asesinatos con objetivos políticos.
- Gobiernos de España y jueces nombrados por políticos que excarcelan asesinos políticos y que permiten que realicen con impunidad celebraciones humillantes para sus víctimas.
- Presidentes de gobierno que incumplen compromisos electorales y que mienten a los ciudadanos.
- Medios de comunicación que manipulan la información. Periodistas que mienten a conciencia. Empresas de encuestas de intención de voto que manipulan los resultados para ayudar a unos y perjudicar a otros.
Decía Machado que "en España, nueve de cada diez cabezas embisten y una piensa." Quiero creer que somos cada vez más los que empezamos a pensar qué es lo que hicimos mal para estar donde estamos. Quiero pensar que somos cada vez más los que, como Kipling, recurrimos a "seis honestos sirvientes que nos enseñan todo lo que sabemos: Sus nombres son Qué, Por qué, Cuándo, Cómo, Dónde y Quién."
¿Qué votamos? ¿Por qué? ¿A quién?
El año pasado votamos mucho en España. Celebramos elecciones en Andalucía, Cataluña, otras CCAA y Municipios. Elegimos representantes políticos en muchas de nuestras instituciones (Parlamento andaluz, Parlamento de Cataluña, otros parlamentos autonómicos, Ayuntamientos, Congreso de los diputados y Senado. Celebramos muchos procesos electorales en los que hemos empezado a dejar de votar a los partidos que nos han traído hasta aquí para comenzar a votar a otros.
Sin embargo, ya estamos viendo cómo los líderes políticos de estos dos partidos nuevos votados por 8,5 millones de españoles tampoco hacen lo que dicen.
Maite Pagazaurtundua explica muy bien en su artículo 'Ni piedad ni verdad' las consecuencias que tienen en nuestra sociedad los políticos del 'como sea' para los que el fin justifica los medios. Los hay de diferentes colores y estilos pero todos tienen el factor común de que, como nos ocultan sus verdaderos objetivos, no hacen lo que dicen:
"No es aceptable la política a cualquier precio porque la comprensión moral de la misma como proceso, más que como resultado, es la clave de la concordancia entre ética y política. Si esto no se da, si aceptamos por banalidad, por interés, por ignorancia que el fin justifica los medios... los trileros, los embaucadores, los corruptos, los demagogos artistas en la propaganda tendrán barra libre para degradar un espacio político siempre erosionable."
No somos esclavos. No nos han quitado todos los derechos ni estamos expuestos a cualquier ataque como lo estaban los prisioneros de los campos de concentración nazis. Pero sí que estamos permitiendo que continúe esta peligrosa deriva hacia una sociedad con cada vez menos libertad, menos derechos y menos seguridad.
Por todo lo anterior afirmo que hoy ya no es demasiado pronto para recordar que, como dijo Primo Levi, nos queda una facultad y que debemos defenderla con todo nuestro vigor porque es la última: la facultad de negar nuestro consentimiento.
Así que el ciudadano español que firma este artículo niega su consentimiento a un presidente del gobierno de España que miente a sus votantes. A un presidente que no hace lo que dice.
En consecuencia, pido al Jefe del Estado que proponga como candidato a Presidente del Gobierno a Andrés Herzog.
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