Nunca he votado a un partido si no estoy convencido de que merece mi confianza. Es lo que he hecho desde que en 1982 voté por primera vez. Entonces fuí uno de los 8,5 millones de españoles que votamos 'Por el cambio' al PSOE de Felipe González. Pero después, como consecuencia del engaño con lo de 'OTAN de entrada no', dejé de votarles y no encontré a nadie a quien votar hasta el año 2008 voté a UPyD, partido al que me afilié hace unos días.
Lamentablemente las elecciones autonómicas que se celebran mañana en Cataluña se plantean como plebiscitarias por los independentistas de 'Junts pel sí', con lo que dan una nueva 'vuelta de tuerca' al conficto político retroalimentado desde hace demasiados años con la permisividad de los sucesivos gobiernos de España del PSOE y del PP.
Y esa permisividad con los enemigos de los derechos y las libertades de los españoles es la principal razón por la que mañana no votaría a ninguno de esos dos partidos.
También descartaría la filial de Podemos en Cataluña dado que Pablo Iglesias se ha declarado partidario de quitarnos nuestro derecho a decidir el futuro de España al apostar por el supuesto 'derecho a decidir' de los catalanes.
Así que, como UPyD no presenta candidatura, el único partido nacional que me quedaría es Ciudadanos.
Quien me conoce sabe muy bien cual es mi opinión sobre la última etapa de Ciudadanos, el proyecto ambicioso de Rivera. Quien no me conozca la puede encontrar en este blog. Sin embargo, a pesar de las causas de esa opinión, hoy solo pienso en lo que mis compatriotas catalanes quieren y en lo que necesitan. Solo pienso en que tenemos que parar esa pesadilla del nacionalismo obligatorio y excluyente que se está adueñando de tantas vidas en Cataluña.
A través de Twitter he tenido ocasión de compartir e intercambiar opiniones al respecto, especialmente con votantes de UPyD y C's. Con ellos quiero agarrarme hoy a la esperanza de que mañana pueda comenzar una nueva etapa en Cataluña. Porque espero que mañana salga a la superficie esa realidad escondida que empiece a poner en su sitio a la manipulada 'realidad oficial'. Allí y en el resto de España.
Por eso quiero que Rivera cumpla. Porque el cumplimiento de su compromiso en Cataluña es crucial para que dé la cara esa realidad y luche por la libertad, la justicia y la igualdad ante la ley de los catalanes y del resto de españoles. Porque si el estado de Derecho se rompe en Cataluña lo pagaremos todos. En toda España.
Así que, por todo ello espero que, tal y como señala su manifiesto inicial, el partido de Rivera ayude a garantizar la libertad, la justicia y la igualdad de todos cumpliendo y haciendo cumplir la Constitución.
Queridos compatriotas catalanes, os deseo lo mejor. Pase lo que pase estaré siempre a vuestro lado. Y ojalá que nunca tenga que acordarme con pesar de este, mi primer artículo como militante de UPyD.
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